Hermana Maureen Wild Si pudiera ver con suficiente claridad a través de la puerta de mi corazón, con su profunda gratitud por este viaje y los momentos que profundamente me conmovieron, quisiera contarles algo maravilloso. Me gustaría que imaginaran el crescendo del canto de los pájaros que nos recibió mientras amanecía e íbamos saliendo del aeropuerto de San Salvador. Quisiera que escucharan las canciones del corazón de quienes hablaron a nuestra Delegación: acordes distintos de compromiso absoluto con el bien común, con melodías que afirman la dignidad de todos y los derechos humanos básicos, notas de anhelo por la salud de los sin voz y vulnerables, por la liberación de presos injustamente detenidos, por la justa distribución de la riqueza nacional para las necesidades de los pobres, y la música extraordinaria de la organización por el bienestar de las comunidades, inclusive de la Madre Tierra. En nuestra tercera mañana nos despertamos con un increíble amanecer en la costa. Todo esto fue parte de una maravillosa sinfonía de nuestra primera semana. Todo esto, y la música de la vida de cuatro mártires, tres salvadoreños y uno italiano, Fray Franciscano Cosme Spessotto, misionero en El Salvador durante treinta años, amante del Evangelio y de los más pobres. Antes de partir en este viaje, ya escuchaba el canto del gran amor mientras leía una biografía de Rutilio Grande, SJ. Quien nació y creció entre los campesinos, latinos pobres trabajadores agrícolas de El Paisnal. Su educación y años de formación como jesuita, abrieron de forma natural y completa su corazón y su mente para abrazar la visión del Concilio Vaticano II: ver a la iglesia como 'el pueblo de Dios' trabajando juntos como comunidad (más que como jerarquía) con una opción preferencial por los pobres. Rutilio trabajó para empoderar a los campesinos analfabetos, sin dinero y sin tierra para organizarse por mejores condiciones de vida y de trabajo. Formó catequistas para servir al pueblo. A través de las enseñanzas del Evangelio, el Vaticano II y la implementación de la visión de Medellín, alentó una nueva vida en su parroquia, incluso organizando una fiesta de cosecha en la iglesia, donde todos se sentaban a la mesa y nadie pasaba hambre. Murió mártir, sirviendo humildemente y amando a los pobres del campo donde nació. Cada vez más me sentí atraída a presenciar con los salvadoreños, esta gozosa y trascendental Beatificación, mientras sentía una tremenda gratitud al Papa Francisco por también exaltar a Manuel y Nelson (quienes apoyaban en los ministerios parroquiales y murieron junto a Rutilio) tan representativos de 'la Iglesia de Rutilio.” El día de su Beatificación, 'Rutilio Vive' fue un mensaje de las mantas en El Paisnal, para que todos la viéramos. Caminamos junto al pueblo, detrás de esta y otras mantas, solidarios, conscientes y agradecidos por todos los Rutilios -hombres y mujeres- que fueron martirizados tras su muerte. Un momento importante para mí, fue conocer a jóvenes y adultos católicos en Aguilares y en la comunidad de Rutilio Grande cerca de El Paisnal. Estaban totalmente dedicados a la elaboración de mantas y pupusas para la Beatificación. Quienes también son parte de comités organizados para abordar las necesidades de los jóvenes, las mujeres, la salud y la seguridad alimentaria en sus comunidades. Fue inspirador presenciar su compromiso con la vida y el cuidado de sus comunidades. A diferencia del creciente individualismo de nuestra cultura, ellos parecían decididos y motivados por el bien común. La Fundación Salvadoreña de Ayuda Humanitaria, Investigación, Educación (Fundación SHARE) coordinacon todos los grupos que visitamos, apoyando proyectos a través de la recaudación de fondos. Dondequiera que los grupos hablaron, expresaron su gratitud a SHARE y a sus décadas de solidaridad con el pueblo salvadoreño. ¡Basta con decir que fue un gran regalo y una primera semana bendecida de innumerables maneras! Nuestros muchos encuentros se relacionaron muy bien con el espíritu de los mártires de El Salvador, capturado en las palabras de Jesús: 'Vengan, benditos, entren en el reino de Dios, porque tuve hambre y me dieron de comer, sed y ustedes... forasteros y ustedes... enfermos. o en la cárcel, y me visitasteis.' |
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August 2024
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